jueves, 17 de noviembre de 2011

[Original] Barniz de colores Cap. 5/??

Mi persona amada arrebatada.



°Hino°


Cuando me di media vuelta después de ver al profesor marchar, me percaté de que ella estaba ahí, y al parecer tenía rato observándome...


-Hino. -Dijo Elisa con una mirada llena de odio y tristeza.- ¿De que estabas hablando con Kazuno? 
-¿Kazuno? -Pensé, se me hizo extraño que siendo ella su alumna lo llamara tan fácilmente por su nombre de pila.- ¿Porque quieres saber? -Pregunté arqueando una ceja e intentando evadir la pregunta.
-Porque me interesa. -Respondió desafiante. 
-Lo siento... no puedo decírtelo. -Solté junto a un suspiro y le di la espalda intentando huir del lugar.
-¡¿Que es?! -Gritó alterada. En el poco tiempo que la había observado nunca me percaté de que ella pudiera tener un tono y una mirada así, parecía de pesadilla.
-¿Estás enamorada del profesor? -Le cuestioné algo extrañada por sus anteriores acciones.
-¡Si! -Esta palabra vino acompañada de un mar de lágrimas que comenzaba a salir de sus ojos.-  ¡Si! ¡Lo amo desde el instante en que lo vi! ¡Es un amor tan puro y sincero! ¡Algo que ni tú ni ella podrán entender!
-¿Ella? -Pregunté aún sabiendo de quién hablaba.
-¡Lilan! -Exclamó aún más molesta que antes.- ¡Lo sé! ¡Se que ella lo observa a cada momento! ¡Se que me lo quiera quitar! ¡Es una-!
-Detente. -Espeté mientras caminaba hacia ella.- No te permito que hables así de ella. No te ha hecho nada... 
-¡Claro que sí! ¡Está intentando quitármelo!
-¡El profesor no te pertenece!
-¡Cállate! -Se acercó corriendo a mí e intentó tirarme al suelo.
-¿Que es lo que te sucede, Elisa? ¿Que ha pasado con aquella chica tranquila? -Decía yo mientras forcejeaba.
-¡No existe! ¡Es sólo una farsa! -Se alejó de golpe de mí y alzó su dedo a mi rostro.- La quiero ver en una bolsa... a Lilan. -Se fue corriendo de vuelta a su dormitorio y yo rápidamente corrí en busca de mi amiga.


°Kazuno°


No podía creer lo que acababa de hacer. Le confesé a Samika mis sentimientos hacia Sakuramori. ¡Soy un idiota! ¡Idiota! ¡Idiota! ¡Idiota! ¿Como pude hacer algo tan despreocupado como eso? ¡Es uno de mis más grandes errores! Y lo peor de todo es... ¡Que se lo dije cuando apenas me había dado cuenta de eso!
Mientras caminaba hacia la sala de maestros, arrepintiéndome por lo sucedido anteriormente... me encontré con la Reina de Roma. Sakuramori.
Estaba sentada en las escaleras del edificio donde se encontraba su dormitorio, yo iba pasando por ahí, así que pude verla.


-¿Que haces aquí? -Pregunté confundido.
-Estoy esperando a Hino. -Se levantó y sacudió su falda.- Dijo que me adelantara pero me dejó realmente confundida.
-Oh, ya veo...  -Respondí a mi mismo mientras intentaba no mirarla a los ojos.- ¿Puedo acompañarte mientras la esperas?
-Si. -Soltó sin emoción alguna.- Profesor...
-¿Que pasa? -Pregunté extrañado de que ella articulara palabra alguna.
-Usted... usted... -Decía sin poder continuar con otra palabra.- Usted... ¿tiene a su padre?
-Ummm... si, él sigue vivo. -Respondí suponiendo que iba a ser lo siguiente que saliera de su boca.
-Yo... algunas veces me pongo a pensar en que sería de mí si mi hermano y mi padre aún vivieran.
-Estoy enterado de que murieron en un accidente hace ya algunos años. Lo siento.
-No, está bien... no fue culpa de usted, profesor. 
¿Que era eso que estaba matándome por dentro? Aquello que de pronto hizo que yo quisiera confesar todo a Sakuramori. ¿Porque? ¿Porque justamente tenía que ser eso de lo que ella quería hablar? 
-Como sea... mejor me voy a mi dormitorio. -Dijo mientras me daba la espalda, lo que hizo que saliera de mis pensamientos.
-Ah, si... está bien. -Contesté algo distraído.- Nos vemos mañana en clase, Sakuramori.
-Si. -Respondió mientras se alejaba.


Después de verla alejarse por completo me dirigí hacia la oficina de los maestros, ahí pasé gran parte del día descansando y... bueno, también trabajando.


Al día siguiente...


°Lilan°


Es la tercer hora de clase, nos encontramos con el profesor Ibuki y su materia de matemáticas. 
Creo que es mi imaginación, pero desde hace un rato que siento una fuerte mirada por parte de Elisa.


-Oye, Hino. -Susurre a mi amiga que se sienta a un lado mientras me inclinaba un poco para que sólo ella escuchara.
-¿Que pasa? -Me respondió con el mismo tono para no ser castigadas.
-Es mi imaginación o... ¿Elisa no deja de verme? -Miré de reojo a la mencionada para no ser descubierta.
-No lo sé.
-¿Puedes mirar disimuladamente? 
-Claro. -Hizo lo que le pedí y cuando regresó la mirada.- Si, la verdad es que está viéndote.
-¿Sabes por qué?
-No... no tengo la más mínima idea. -Dijo algo nerviosa. Si hay algo malo y a la vez bueno de Hino es que no sabe mentir.
-¿Segura?
-C-claro ¿porque te mentiría?
-No, no es que lo crea. Tan sólo quería asegurar. -Volví a mi posición normal en mi asiento y presté atención a la clase, no sin antes volver a percatarme de que ahora la mirada de Elisa era más intensa.


Terminó la clase y salimos del salón ya que era la hora del receso. Hino y yo nos dirigimos hacia el patio trasero para ir a almorzar ahí.


-Saki... -Estábamos sentadas en el pasto.
-¿Que? -Dije con un tono tranquilo mientras me llevaba un sandwich a la boca.
-¿Recuerdas cuando nos conocimos?
-No. -Solté con brusquedad, haciendo que salieran lágrimas de sus ojos.- ¡Ah, lo siento, lo siento! ¡Claro que lo recuerdo! ¡Sólo era una broma!
-Que cruel, Saki. Creí que en serio lo habías olvidado. -Se limpió las lágrimas y me sonrió.- Yo nunca lo olvidaré.
-Yo tampoco. -Recargué mis dos brazos sobre el césped y miré hacia el cielo.- Eramos tan diferentes en aquel entonces. Tú, él y yo...
-Fue ese verano... -Ella se recostó completamente mientras contemplaba lo claro del cielo al igual que yo.- El mejor de mi vida.
-Lo dices sólo porque estuviste junto a él. -La miré fingiendo molestia.- Estoy segura de que no tengo nada que ver con tu hermoso recuerdo.
-¡Claro que no! -Negó apresuradamente.- ¡Sin ti no hubiera sido lo mismo!
-Si, si...
-Además... en ese entonces aún no me daba cuenta de mis sentimientos por Rick. Bueno... a inicios del verano.
-Eras pura e inocente. -Solté con un tono burlón para que ella no pudiera ofenderse.
-¡Aún lo soy! -Gritó.- Bueno... de cierta manera. -Cambió su tono a uno más de arrepentimientos y me miró con tristeza.- Debió haber sido horrible para ti cuando nos viste darnos un beso.
-Yo no diría horrible... más bien, sorpresivo. -Me levanté del suelo y miré hacia bajo para poder verla a los ojos.- El amor sigue siendo amor... aún entre hermanos. Recuerda bien eso, Hino.
-Si... -Se levantó ella también y me miró seria.- Gracias, Saki. Gracias por no sentir asco hacia mi.
-Te apoyaré en cualquier cosa que decidas... y estaré ahí para ti cuando tropieces o te arrepientas de alguna decisión, eso dalo por seguro.
-Si. -Respondió con una sonrisa llena de amabilidad, esa era Hino. Mi mejor amiga.

Comparte esta entrada

votar

No hay comentarios:

Publicar un comentario