domingo, 17 de marzo de 2013

Actualización 17/03/13

¡Hola, hola!

Bueno, como muchas personas dicen por ahí: "Lo prometido es deuda".
Así que....
Esperen, esperen, esperen... Antes de darles lo que quiere quiero pedirles un graaaaaaaaan favor!

Y es que voten en la encuesta que se encuentra debajo del chat, ¿por favor? :3

Ahora sí, lo quieren!

Algarabía de los sentimientos Capítulo 3, parte 2

D'Love Capítulo 5


Y como ya saben:

¡ME HARÍAN MUUUUUUUUUY FELIZ SI RECOMENDARAN EL BLOG! 

A sus conocidos, familia, amigos... :B

O también me ayudarían dándole para compartir en el globito amarillo de cada entrada... 

¡Muchas gracias por leer! 


D'Love -Capítulo V-


Capítulo V: Yo siempre te he querido más que a nada.

°Gabriel°

Esa mañana me levanté sin mucha energía. La cabeza me daba vueltas y sentía que los pies me pesaban diez veces más de lo normal. Me levanté la cama con todo el Ki que podía encontrar a  mi alrededor, incluso pensé en no asistir a la escuela, pero recordé que tenía un examen muy importante.

Me encontraba de camino a la universidad, caminando a paso muy lento, cuando escuché la voz de Sam y Chris a lo lejos…
–¡Gabriel! –Gritó Chris mientras me lanzaba una patada en la espalda. Caí rendido al suelo y lo siguiente que escuché fue lo voz de Sam y Chris llamándome.
–¡Gabrielucho, Gabrielucho! –Escuchaba los gritos desesperados de Sam –. ¡Mira lo que hiciste, Christianaldulfo, mataste a Gabrielucho!
–¡No es posible, él ha recibido esta patada antes, esto no pudo haberlo matado! –Respondió el culpable de mi condición –. Ya sé, tal vez él… ¡Está embarazado! ¡Y no me llamó así, joder!
–¡No puede ser! ¡No me digas que la tal Caly ha logrado ya su cometido!
–¡Dejen de decir tonterías los dos y ayúdenme a levantarme! –Grité con la última pizca de energía que me quedaba, después de eso no sé lo que pasó.
Abrí los ojos y me encontré con Chris y Sam dando vueltas por todas partes. Sam decía algo sobre unas toallas y Chris buscaba por toda mi casa ingredientes para hacer de comer. Entonces ella volteó a verme y se dio cuenta que me había despertado.
–¡Christiano, ya se despertó! –Le gritó al chica, quien dejó la estufa prendida y vino corriendo hacia mí.
–Gabriel… Gabriel, lo siento… –Se disculpó, poniéndose de rodillas a un lado de mí. Yo estaba acostado en el mueble–. No sabía que ya tenías algunos meses de embarazo, si Calo nace con alguna enfermedad será mi culpa…
–Si no estuviera muriéndome por la fiebre, en serio que te mataría –Dije, y la cabeza me daba vueltas.
–¡Mi sobrino, ¿qué le has hecho a mi sobrino, desgraciado?! –Exclamó Sam, mientras agarraba a Chris a cachetadas.
Me levanté del mueble, dejando a esos dos hacer su comedia-dramática sin nadie que los molestara. Fui a mi cuarto, pues quería dormir tranquilamente en mi cama. Cerré los ojos, y cuando los abrí de nuevo, un escenario más, con un personaje extra se mostraba ante mis ojos.
–Vaya que eres un hombre débil, Gabriel… Eres igual a tu padre –Escuché decir a la mujer a un lado de mi cama. Por el tono de su voz y la manera en que estaba parada pude deducir que era mi peor pesadilla entre todas las mujeres, sí, justo en la misma categoría que Sam… Mi madre.
–¿Qué haces aquí? –Fue lo único que pudo salir de mi boca en ese  momento.
–¿Hace más de dos meses que no ves a tu amada madre y esto es lo único que puedes decir, estúpido hijo? –Preguntó con su tono altanero de siempre –. Aún recuerdo cuando venías a mí en las noches llorando porque habías mojado tu cama… Ah~, eras tan lindo –Expuso falsamente.
–Nunca hice eso, por favor deje de difamarme, señora –Respondí frente a sus acusaciones.
–Alguien necesita enseñarte modales, mocoso –Se sentó encima de mi estómago. Saltaba para quitarme el aire y cuando no pude más me rendí.
–Lo siento, madre amada mía, ¿me harías el favor de quitar tu exquisita retaguardia de mi estómago? –Supliqué.
–Sí, eso está bien… –Dijo cuando tuvo piedad de mí.
–Bruja –Murmuré lo más bajo que pude.
–¿Qué dijiste? –Preguntó molesta.
–Que te amo, madre mía –Respondí asustado.
–Eso pensé –Se sentó en una silla, a un lado de la cama y tomó la revista que estaba sobre la mesa.
–¿Dónde están Sam y Chris? –Pregunté una vez había aclarado mi mente un poco.
–Están en la cocina… Preparándote algo de comer –Soltó desinteresada, aún con los ojos puestos en la revista –. Es irónico que alguien le esté haciendo de comer a un aspirante a chef.
–Sí… –Dije, seguido de una risa–. Supongo.
–Según lo que veo… –Dejó de mirar la revista para cruzar miradas conmigo. –Aún no avanzas nada en tu relación con Susu… ¿Cuándo piensas decirle lo que sientes? ¿Acaso estás esperando a que encuentre a alguien más decidido que pueda hacerle feliz? ¿Por qué no puedes ser un poco más valiente?
–No lo sé, siempre hay algo que me detiene.
–¿Tal vez aún sigues pensando que Marissa estará enojada? –Preguntó, arqueando una ceja.
–¿Marissa? No, yo quería a Sam desde antes de que le pasara eso a Marissa –Expusé mirando hacia el techo, pues no quería que mi madre se diera cuenta de lo triste que me ponía hablar de ella. –Marissa era la hermana que siempre quise, Sam siempre ha sido el amor de mi vida…
–Vaya, vaya… Dando ese tipo de declaraciones en plena luz del día y con Susu a unos cuantos metros… –Parloteó con tono burlón. –Pero… ¿Estás seguro de que lo que dices es cierto? ¿No decidiste cambiarlas al perder a una de ellas?
–Cállate, no sabes nada de mí o de lo que siento… Yo sé que a Marissa la quería tanto como a una hermana, por eso fue que me costó años superar su muerte. Por eso es que Sam y yo aún lloramos cuando la recordamos… Marissa era muy importante para nosotros dos, pero… Si yo… Si yo… Perdiera a Sam… No sería capaz de seguir viviendo –Dije con decisión, a pesar de que mis fuerzas se estaban llendo.
–Si tú lo dices… Sólo espero que al final no acabes lastimando a alguien por no recordar bien el pasado.
–Cállate… No… –De nuevo estaba perdiendo la conciencia. –Tienes derecho… A opinar.
–Vaya, vaya… Eres un niño rencoroso –Me tocó la cabeza y después tomó una toalla, que había a un lado, para limpiar el sudor en mi frente. –Mamá tenía que trabajar cuando eras niño y por eso no tenía tiempo de estar contigo. ¿Crees que no es doloroso para mí saber que el amor que me tienes a mí no es nada comparado con el que le tienes a tu padre?
–Es… Obvio… –Decía con mi último aliento antes de volver a dormir –. Él… Siempre tuvo… Tiempo para mí.
–Sí, sí, papá es un hombre maravilloso –Fue lo último que la escuché decir.

En mis sueños recordé muchas cosas de mi infancia. En una de mis memorias recordaba a mi padre jugando en una piscina conmigo. Él siempre ha sido un hombre débil y sin mucha presencia, pero el simple hecho de tenerlo a mi lado me hacía sentir que todo lo podía… Mi padre, mi héroe, mi persona a seguir. La verdad es que no odio a mi madre, es más, se podría decir que la quiero, pero nunca he podido comprender como personas como ellos pudieron enamorarse. Tal vez ella hubiese preferido a alguien con más dinero, apuesto y con la agenda ocupada, así como ella… Y mi padre tal vez hubiera sido más feliz con una mujer amable y cariñosa que estuviera siempre a su lado… Me hubiera gustado más una madre así.
Las siguientes memorias que vinieron a mi mente fueron las de Sam y yo cuando éramos niños… No, Marissa también estaba ahí. Después de eso recordé varias cosas que había estado pensando eran sólo recuerdos de Sam y míos… Pero entonces Marissa aparecía también en ellos. Ella estaba esa vez que jugando el parque me caí y me raspé la cara, sí, ella era la que estaba jugando conmigo, mientras Sam estaba sentada bajo un árbol, sin hacer absolutamente nada. También recordé cuando íbamos a la primaria juntos… Sí, era Marissa quien iba siempre caminando a mi lado y Sam iba siempre detrás de nosotros.

Marissa, Marissa, Marissa, Marissa, Marissa, Marissa…

–¡Gabriel!–Vi su rostro en mi mente, mientras gritaba enérgicamente mi nombre.

Mi mente se inundó de ella y por un segundo pensé que quizá lo que mi madre había dicho era cierto. Pero lo que más me frustró era la razón por la cual no la había recordado tan claramente hasta ese momento… ¿Por qué la había bloqueado de mi mente?

Comencé a abrir los ojos una vez más y vi que alguien estaba frente a mí, haciendo algo con mi almohada, pero no podía distinguir quien era.
–¿Ya te sientes mejor? –Preguntó la persona que estaba frente a mí.
–Eh… ¿Marissa? –No podía ver claramente a la persona, ni siquiera sabía porque había dicho su nombre. Lo único que podía recordar era a la chica que alguna vez se llamó así.
Miré a su rostro otra vez, y cuando mi vista se aclaró pude reconocer a Sam, quien me estaba acomodando la almohada.
–¿Sam? –Solté al reconocerla.
–Te veías incómodo –Dijo al ver que mi conciencia había regresado casi por completo. Se veía un poco sombría y triste, pero creí que tal vez era parte de mis alucinaciones. –¿Estabas soñando con Marissa?
Asentí y le di las gracias.
Después de eso volví a dormir y no desperté hasta el día siguiente.
Sam estaba a un lado de mí, justo en la misma silla donde estaba mi madre. Chris ya se había ido a casa, pues sus padres son un poco estrictos en cuanto a la hora de llegada. Cuando desperté le dije a Sam de lo que había pasado la última vez que había despertado.
–¡¿Ehhh?! ¡¿Mi tía estuvo aquí?! –Exclamó Sam cuando le conté que mi madre me había visitado.
–Sí, pero ya sabes que esa mujer llega y se va cuando le da la gana… No hay forma de saber en qué lugar estará –Expuse.
–Qué lástima… Me hubiera gustado que habláramos de nuestros planes para envolver el mundo en el feminismo –Murmuro con un tono de deprimida.
–Sí, claro, lo lamento por ti –Dije, seguido de un suspiro.
–Gabriel… –Soltó de golpe, lo que me asustó un poco.
–¿Qué pasa? –Pregunté preocupado.
–Mari-… No, no es nada –Dijo con una gran sonrisa. –Bueno, ya me voy a ir a mi casa.
–¿Te vas? Creí que te quedarías a dormir como siempre –Le dije, confundido por su repentina actitud de antes.
–Hoy no… ¡No vaya a ser que me enferme yo también! –Exclamó con un tono burlón.
–¡La temperatura no es contagiosa! –Grité.
–Aun así me voy… Tengo tarea que hacer –Se levantó de la silla y caminó hacia la puerta. Se despidió agitando la mano.
–¡Sam! –Exclamé antes de no poder verla–. ¿En serio estás bien? –Le pregunté cuando se detuvo.
–¡Claro que sí! ¡Aquí el único enfermo eres tú! ¡Bye! –Me respondió sin darse la vuelta. Salió corriendo y pude escuchar la puerta de la casa cerrarse.
–Estúpida… Es más que claro que no estás bien cuando sólo me dices “Gabriel”.

Moraleja 5: Cuando tengas una madre hermosa, inteligente, rica y con una agenda ocupada… Asegúrate de que nunca sea tu enfermera… Probablemente se ponga a saltar sobre tu estómago. 

Algarabía de los sentimientos -Capítulo 3, parte 2.-


En ese momento me sentí avergonzado conmigo mismo porque creí que él iba a gritarme, a reclamarme, que iba a estar molesto conmigo, sin embargo… Fue tan distinto. Estaba tan sereno, y pareciera que sabía exactamente que yo iba a llamarle. Siempre sentí envidia hacia esa parte de él, porque nunca pude ser así. Si yo hubiese estado en su lugar seguro habría estallado, no habría escuchado lo que él hubiera tenido para decirme, tan sólo me hubiera quejado, sin importarme los sentimientos de mi amigo. Sí, esa es la clase de persona que siempre fui…
–¿Daniel? ¿Sigues ahí? –Preguntó desde el otro lado. Salí de mis pensamientos y volví a pensar acerca de lo que tenía que decirle.
–Lo siento… –Dije arrepentido.
–¿Por qué te disculpas de la nada? Ni siquiera sé porque lo haces –Expuso, y aunque no podía verlo, sabía que tenía una sonrisa amable en su rostro. –Nunca he entendido esa parte de ti. Siempre pides disculpas y esperas que los demás sepamos la razón. No puedo entenderte, Daniel, tienes que decírmelo con tus palabras…
–Vaya, sigues siendo el sádico de siempre –Le reclamé cuando por fin volví a ser yo. Tenía que darle una explicación por todo el tiempo que lo había evadido. Él la quería y yo tenía que dársela–. ¿Sabes? Ahora tengo una amiga… –Aclaré mi garganta, para que pudiera escucharme claramente. –Al principio no quería hablar conmigo, creo que yo no le agradaba mucho o algo así; al parecer no le gustan las personas entrometidas como yo –Pude escuchar una ligera risa de su parte–. Ella es una persona solitaria, que ha cerrado su corazón a los demás porque cree que no tiene derecho a ser feliz… Es igual a ti. Desde que la conozco me ha envuelto, al punto que quiera saber qué la tiene tan atada a su tristeza, pero… No encuentro la manera de que mis palabras le lleguen, incluso he pensado en rendirme, pero entonces… Entonces… –La culpa me invadió de nuevo. No tenía derecho a decir que era amigo de él, no después de haber huido. –Te recuerdo a ti, y a lo cobarde que fui al dejarte solo cuando más me necesitabas. Te hice a un lado y no me importaron tus sentimientos; yo sólo quería zafarme de mis responsabilidades… Fui un idiota, lo siento.
–No fue tu culpa, no tenías que cargar con eso –Otra vez con su palabras amables, siempre buscando una forma de aliviar mi dolor, incluso si hacían más grande el suyo.
–¡Pero eras mi amigo! ¡No, aún lo eres! –Exclamé con molestia, pero no hacia él, hacia mí. – ¡Yo tenía que haberme quedado a tu lado! Y sin embargo... Todo este tiempo te estuve evitando, intentando que mi culpa se hiciera menor con el tiempo… Pero no fue así.
–Daniel, ya es suficiente, no estoy molesto contigo…
–Deberías estarlo, porque no soy diferente a todos esos que te dieron la espalda cuando más requerías ayuda… Yo también te abandoné, e incluso ahora no estoy seguro de poder verte a la cara sin morir de vergüenza. No tengo derecho a recibir amabilidad de tu parte, porque no he hecho nada para merecerla… –No quería admitirlo, pero hacía rato que las lágrimas no paraban de salir. –Vine a México para poder olvidar lo que pasó en España, pero el destino no me dejó huir, y la puso a ella en mi camino… Sus ojos tristes me recuerdan siempre a ti, a quién no pude ayudar, y ahora tampoco puedo ayudarla. Sé que llora siempre, pero nunca me lo dice… Sé que se siente sola, sé que aún no puedo calmar el dolor y ya no sé qué hacer, otra vez soy un inútil… Otra vez estoy pensando en huir. Quiero salvarla, en serio quiero hacerlo, pero no puedo… Alguien tan patético como yo no puede salvar a nadie.
–¡Cálmate, Daniel! –Exclamó de golpe, haciendo que me asustara un poco. –Primero que nada, no tienes que seguir culpándote por lo que pasó; ya fue algún tiempo de eso… Y en segundo, si es verdad que esa chica es igual a mí, entonces estoy seguro que ella no te ve como alguien inútil, al contrario… Creo que eres una gran luz para ella. Tienes que ser fuerte, y no dejarla caer…. Eso es lo mejor que puedes hacer. No tienes que esforzarte por cambiarla completamente, el simple hecho de que estés ahí ya la hace feliz.
Entonces pensé en lo afortunado que era, porque tenía a personas como ellos en mi vida. Sí, sé que lo que me dijo era en realidad lo que él sentía, pero sabía que si me lo decía de tal manera yo seguiría igual que siempre.
Me odio tanto. No me merezco todo lo que tengo. Lo siento mucho, Aby… Todo este tiempo te he visto como mi gran amiga, pero también como la persona despreciable que no puedo alcanzar… Soy horrible, de lo peor.
–Perdóname… –Le supliqué, cuando me di cuenta que no podía aguantar más un tono tranquilo, y que él ya sabía que estaba llorando.
–Sí, te perdono –Respondió al momento, lo que hizo que mi llanto empeorara.
–Perdóname –Repetí; sabía que una sola disculpa no era suficiente–. Perdóname. Perdóname. Perdóname… ¡Perdóname, Michel!
–Sí, te perdono, estúpido Daniel… –Su voz entonces sonaba quebrada. Al parecer también estaba llorando.
Pasó un rato hasta que pudimos dejar ese tema a un lado. Recordamos viejos tiempos, y eso nos hizo ponernos algo melancólicos, pero también felices, porque nos dimos cuenta que ambos guardábamos esas memorias como algo muy preciado. Al final, platicamos sobre nuestra vida diaria y también un poco sobre Aby…
–Vaya… Ya hasta ganas me dieron de conocerla –Dijo en un tono de burla hacia mí por todo el entusiasmo que yo ponía al hablar de ella. –De hecho…
–¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Ibas a decir algo? –Pregunté con confusión por su repentina interrupción.
–No, nada –Murmuró, aunque pude escucharlo –. Es una sorpresa.
–Está bien entonces… Esperaré por ella. –Me limité de hacerle preguntas, ya que no quería incomodarlo.
–Sí, tengo que irme, hablaremos luego –Expuso de forma apresurada. –Nos vemos, Daniel…
–Sí, nos vemos –Respondí alegre, pues al fin todo se había arreglado para mí.
Colgué el teléfono y me recosté en la cama. Repasé toda la conversación en mi cabeza, como si fuera algún mensaje conmovedor de alguna amante. Luego reí, por haber comparado a Michel con una amante.
En ese momento todo se sentía tan tranquilo que asustaba. Sí, era casi todo tan perfecto que sentía miedo. Nada puede ir tan bien… Todos los sabíamos. Los días tranquilos no duran para siempre, y poco tiempo después de haber tenido esa llamada telefónica me di cuenta...

De que no me había equivocado.

Venían pruebas difíciles… Para nosotros, para personas del pasado, personas próximas a conocer… Situaciones que nos harían cuestionarnos sobre todo, incluso si la vida valía tanto la pena, pero… Lo peor de todo no eran los momentos difíciles por venir, sino que todos y cada uno de ellos involucrarían a cierta persona…

Sí, Aby. 

domingo, 10 de marzo de 2013

AVISO

¡Hola, hola!
¿Qué tal se encuentran? ¡Espero que excelente!

Bueno, el motivo de esta entrada es dar algunos avisos muuuuuuuuuuuuy importantes... Jajaja, bueno, por lo menos para mí lo son xD

En primer lugar:

Como se habrán dado cuenta no subí capítulo la semana pasada y lamento informar que tampoco de podrá esta (;_;). ¿Por qué? Pues fácil... He estado un poquito (muy) ocupada respecto a la escuela y por tanto no me da el tiempo suficiente, sin embargo eso no quiere decir que voy a dejar el blog a un lado... ¡No, no, no!
Después de todo mi deseo es ser escritora, así que no dejaré que el blog decaiga... 
Por eso les IMPLORO que no abandonen el blog, ya que no dejarán de actualizarse las historias... Así es, esto no se acaba hasta que se acaba. 

En segundo lugar: 

Estas serán las actualizaciones que se harán la próxima semana:

Algarabía de los sentimientos: Capítulo 3, parte 2. 

D'Love: Capítulo 5. 

Los capítulos ya están escritos, pero aún no los corrijo y siendo sincera no creo que el día de hoy me de tiempo... Lo siento (T.T).

En tercer lugar:

Probablemente en poco tiempo estaremos llegando a las cinco mil visitas, así que planeo hacer una gran actualización para conmemorar ese día. Sí, ya sé que para muchos no será mucho, pero para mí es tan valioso como el oro, así que le daré la celebración que se merece. Por tanto, dejaré una encuesta justo debajo del chat y les agredecería mucho que votaran. 

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Bieeeeeeeeeeeeeeee... Creo que eso es todo, ¡muchas gracias por leer!
¡Nos estamos leyendo!

P.D: No olviden recomendar el blog a sus conocidos, ¡chau!